FUTURA PROFE

Los miércoles toca psicomotricidad en el cole. Los alumnos de P3 y P4 y más tarde los de P5 y 1º, van al gimnasio a hacer psico. Es todo muy sencillo, juego libre con colchonetas y piezas grandes de goma espuma, pero también telas, cartones... Algunos juegan a saltar, otros a mamás y papás. Todo el juego es libre y pueden hacer lo que les venga en gana, siempre respetando unas normas de seguridad y compañerismo. La cosa es, que me parece que faltan horas. Entre recoger el patio, ir hacia donde está el gimnasio (algo apartado de la escuela), preparar a los niños, que hay enfocarlos en lo que vamos a hacer y que hay que terminar antes de la hora, para recoger todo y volver al cole. Pues al final el juego se queda en una escasa media hora.  Siempre he pensado que el tema del ejercicio en el colegio está muy mal solventado en este país. Faltan horas, espacios, materiales y vestuarios con duchas útiles. Y si me parece que un colegio rural, en el que juegan al aire libre...

Hoy tocaba excursión a la Fundación Alicia, en el Mon Sant Benet. Me he sentido super bien, llevaba la camiseta de la escuela y eso, de alguna manera, me hacía sentirme más parte de todo, del grupo, de los maestros, del equipo. Los más pequeños solo han hecho un taller, a primera hora, y el resto del tiempo lo han pasado jugando y corriendo por una explanada verde, en medio del campo. No necesitaban nada más, aire libre y sol. He llegado cansada, pero muy contenta.

Llego al colegio y resulta que me he olvidado de que la consigna del martes era pintarse la cara. Una compañera me dibuja una sandía en la mejilla, porque yo soy maestra de la clase de "les sindries contentes". No lo había contado, mi aula consta de diez, ¡ojo! solo diez niños, de entre P3 y P4. Hoy me doy cuenta de algo a lo que quizás ayer no le presté tanta atención, aturdida con mis propios pensamientos. Ser maestra es estar todo el día gestionando conflictos. Ya sea los conflictos internos de un solo niño y sus comportamientos erráticos o entre dos o más niños. Los niños y niñas, especialmente los más pequeños, no tienen todavía suficientes herramientas para gestionar según que situaciones, así que lo apañan empujándose, mordiéndose, enfadándose, o en el mejor de los casos, vienen a decírtelo para que les ayudes. Si el asunto es fácil de resolver, veo que las maestras les dicen al niño o niña en cuestión que hablen con su compañero, y les expliqu...

He decidido ir contando mis experiencias en mi primer Practicum. Estoy  realizando las prácticas es una escuela rural que cuenta con unos 54 alumnos, si no me equivoco.  Empiezo en una semana un poco loca, la semana de carnaval y además semana "healthy", en la que los peques irán realizando diversas actividades relacionadas con la vida sana. Y no solo es una semana extraña por todas las actividades que vamos realizando, si no por todos los sentimientos que se remueven en mi interior. En mi primer día mi tutora está enferma y me siento perdida nada más empezar. El día a día de los niños debe funcionar con normalidad y las maestras no tienen tiempo de parar y explicarte paso a paso cada cosa que hacen. Así que con las explicaciones mínimas, me tengo que ir adaptando. Durante toda la mañana del primer día mis pensamientos van de, que bonito todo, yo quiero ya trabajar de esto, a querer morirme y preguntarme qué narices hago yo con niños tan pequeños. ...